¿Por qué este blog?

   Decidí crear este blog con el fin de ir anotando los resultados que fuera obteniendo mientras seguía el protocolo de desintoxicación de mercurio descrito por Andrew Hall Cutler en su libro "Amalgam Illness: Diagnosis and Treatment" (1999).

   Andrew enfermó como consecuencia de una intoxicación crónica producida por el mercurio de sus empastes de amalgama y ningún médico pudo identificar la verdadera causa de su "misteriosa enfermedad". A diferencia de otras muchas personas que también estábamos intoxicándonos sin saberlo (mi historia está aquí), él previamente se había graduado en Ciencias Físicas en la Universidad de California, y se había doctorado en Química en la Universidad de Princeton, lo que junto a una formación autodidacta en bioquímica y medicina, y la revisión de la literatura científica disponible en aquel momento, le permitió identificar al mercurio como la raíz de su problema, y desarrollar un protocolo de desintoxicación con el cual recuperar su salud.

   Este protocolo de desintoxicación de mercurio se basa en la administración de ALA (ácido alfa-lipoico) y DMSA (ácido meso-2,3-dimercaptosuccínico) o DMPS (ácido 2,3-dimercapto-1-propanosulfónico) en dosis frecuentes. Estas sustancias poseen dos grupos tiol (-SH), a los que se adhieren con fuerza los iones de mercurio, que posteriormente son excretados a través de las heces y la orina. La administración frecuente hace que se mantenga una concentración constante del agente quelante en la sangre, lo que reduce la redistribución del metal.

   La aportación de Cutler respecto al diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad de la amalgama (y en general sobre las intoxicaciones por metales pesados) introduce ideas pioneras en toxicología, y pone en evidencia algunos de los prejuicios comúnmente aceptados por la mayor parte de los profesionales de la salud, que en sus procesos de diagnóstico suelen obviar la toxicidad por metales pesados, bajo la idea anacrónica de que sólo se puede producir tras exposiciones laborales o exposiciones agudas accidentales.

   La investigación científica de las últimas décadas y la experiencia acumulada en la aplicación de este protocolo por parte de los afectados, ha evidenciado además, que la acumulación de metales pesados en distintos tejidos del cuerpo, y especialmente de mercurio en el cerebro, es un factor a tener en cuenta en todas aquellas personas que sufren trastornos psiquiátricos (trastornos de ansiedad, fobias, trastorno bipolar, esquizofrenia...), neurológicos (alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple, ELA, autismo...), así como fatiga crónica, autoinmunidad y sensibilidades químicas de origen desconocido.